Ir de compras, lavar el coche, cocinar... Algunas actividades cotidianas pueden ser muy divertidas para los niños si les dejamos participar y le echamos un poco de imaginación.

Muchas veces hay que agudizar el ingenio y el humor para que los hijos aprendan a reír y a disfrutar con juegos y actividades lúdicas sanas en las que  siempre que sea posible participe toda la familia.

Así, además de el placer que esto supone, evitaremos el aburrimiento que suele ser causa de desencanto y lograremos hijos contentos y desenfadados que aprenderán a encontrar la verdadera diversión y a distinguirla de todo intento de manipulación de su tiempo y de su dinero.

Os dejamos algunas ideas a continuación...